Para qué sirve el feed

Y ustedes se preguntarán qué es eso del Feed de Se nos va la olla, ese vínculo que ha aparecido debajo de las recomendaciones gastronómicas. Pues yo todavía no lo tengo muy claro, además, como todos los bloggers parecen super entendidos de feeds, sindicaciones y rss, pues no nos atrevemos a preguntar.

No tenemos ni idea, eso está claro, sólo sabemos que si pinchas ahí te lleva a una página donde está todo Se nos va la olla. Y esta página incluye un bonito buscador que puede ser muy práctico. En plan ¿qué decían estos chicos de las vitaminas? Pues metes "vitamina" y te saca todas las entradas donde aparece la palabra. Vamos, una maravilla del mundo moderno.

Supongo que para algo más servirá. Si alguien tiene alguna idea, pues oye, que nos enseñe un poco a todos.

Mis bares míticos (II)

Sí, vuelvo a estar ociosa. ¿Se nota, eh? Allá va la segunda parte de mis bares míticos, o sea, los que no recordé cuando el primer post y que son importantísimos. Mario, Pedro, ¿para cuándo los vuestros?

• El Puerto (calle Velarde). Increíble que dejara pasar éste. Vale que hace tiempo que ya no somos asiduos, pero mola volver de vez en cuando, en plan remember. Está regentado por una pareja no exactamente simpáticos pero sí muy amables. Lo suyo son las jarritas o las primeras copas, que irán acompañadas de pipas o ganchitos. O pipas bravas, un invento de nuestro amigo Simón, con el que nos echamos unas buenas risas! Durante un tiempo fue el enclave mod de malasaña por excelencia, y ahí estábamos, fichando flequillismos. También conocimos ahí a las que más tarde serían nuestras amigas las gallegas. ¿Y el bar? pues no tiene ningún misterio, pero le tenemos tanto cariño! Por cierto, ya no tienen ración de "Pulp". ¡Mierda!

• La sidrería pija (Fuencarral, frente a Apodaca). No es ni sidrería ni pija. Bueno, ellos sí se autonombran sidrería porque tienen sidra achampanada de grifo (que en muy pocas ocasiones catamos). Y lo de pija, pues para distinguirla del Corripio, esa baratísima que hay que estar de pie, pero que hay unos combinados de cerveza+empanada o bocadillo de calamares la mar de majos! En la pija siempre ponen tapa (tortilla de cosas, salchichas en salsa con patatas, albóndigas, aceitunillas...), y están bastante bien, aunque eso repercute en el precio de la caña. Los camareros son o bordes o muy bordes.

• El Mastropiero (S. Viente Ferrer), también conocido como "las argentinas" por la procedencia de sus dueñas. En realidad en una pizzería, pero muchas veces acabamos bebiendo más que comiendo (¡y eso que comemos mucho!). Tienen tercios. Y las pizzas más ricas del mundo. Se te deshacen en las manos, todas llenas de ingredientes... Y para acabar, suelen invitar a una porción de tarta de chocolate con dulce de leche que no se la salta un gitano! Aunque han cambiado de local, sigue quedándose pequeñísimo!

• El Noviciado (San Bernardo). Ya nadie quiere llevarme :( Hemos mejorado de status social y claro, nadie se acuerda de los buenos momentos que hemos pasado ahí. Nosotros, los parroquianos, los frikis del rol de la parte de atrás y la grasa, ¡todos juntos! Los jarrotes de cerveza fríos son una delicia.. y te los suelen acompañar con unas patatas fritas (estilo burger) que sientan divinamente. Además por un módico precio tienen platos combinados que te hacer un apaño (en plan pollo asado + huevo + patatas, vamos, el culmen de la dietética). Ni que decir tiene que sales apestando a grasa.
Un poco más arriba, también en San Bernardo, está La Gruta, curioso bar verde donde sólo tenían (hace tiempo que no voy) cerveza en lata. Éste sí que es de grasa y cuquis. De hecho, hemos llegado jugado a apostar a las carreras con ellas!

• El Rodríguez (Martín de los Heros esq. Ventura Rodríguez). El sitio ideal para tomar unas cañas antes o después del cine o los conciertos del Arena. El bar es tan original como su nombre. Vamos, que no tiene ninguna chispilla especial pero es el mejor de la zona (desde que murió el cuadrado, el de al lado de los Renoir). Lo lleva un hombre encantador, con la peculiaridad física de tener un ojo de cristal. Siempre ponen tapa (montaditos, croquetillas y esas cosas) y además, te preguntan qué te han puesto ya para no repetir. Vamos, un lujo para lo que hay por el barrio.

Por supuesto tengo muchísimos más, pero no quiero ni abusar de vuestra paciencia ni pisárselos a mis compañeros. Una última recomendación: bar con barra de metal, bar que acertarás. ¡Son los más chupis!

El estreñimiento y la cáscara sagrada

Cualquiera que sea estreñido crónico sabrá de primera mano lo desesperante que es el intentar ir al baño y no conseguirlo. Y pasar los días y seguir igual. Los motivos por los cuales esto pasa son muy variados, desde una dieta poco adecuada al sedentarismo. O porque uno es así y punto.

Los remedios que se apuntan vienen por mejorar la dieta, con pautas ya de sobra conocidas:
• Beber más de 2 litros de agua al día (esa botellita en el trabajo, que nunca falte!)
• Comer alimentos ricos en fibra (verduras, fruta, pan integral...)
• Ciertas frutas como el kiwi, la ciruela o la naranja, especialmente en ayunas.
• Limitar algunos alimentos, como el arroz y el azúcar, que endurecen las heces.
• Limitar el uso de edulcorantes artificiales como la fenilalanina y el aspartano. (La coca-light, como ya dijimos, es lo peor).

De todas formas, muchos seguimos -de siempre- todos estos consejos y ni aún así logramos ir al baño diariamente. Los complementos con fibra ayudan, pero muchas veces revuelven tanto el estómago que no es posible tomarlos, a menos que vayamos a estar completamente solos ;-P

Sin embargo, la cáscara sagrada, mi ultimo descubrimiento, no tiene estas pegas, y funciona divinamente. Ya lo creo si funciona. Sacada de la corteza del árbol Rhamnus Purshiana, se vende en farmacias en comprimidos (y creo que también en forma líquida). Esta planta medicinal, que hay que tomar por la noche, provoca que se aceleren los movimientos intestinales, por lo que se mejora el tránsito.

No obstante, como en cualquier producto laxante, su consumo no debe ser sistemático sino para casos puntuales, puesto que pueden llevar al estreñimiento crónico (el intestino se vuelve vago y deja de funcionar por sí solito). Además tiene algunas contraindicaciones más, especialmente para ciertas personas, como embarazadas y niños.

Pero vamos, que funciona. Y mejor que otros laxantes menos naturales. Y como, en realidad, no es conveniente abusar de nada, pues ahí seguiremos, con la cáscara como una pequeña ayudita.

Helado de fresa

Siguiendo los consejos de la doctora, esta semana me toca hacer ¡tres! cenas de fruta. El número de cenas de fruta va, obviamente, en función de lo ceporra que me haya puesto últimamente. Así que ya que hay que hacer un esfuercito, al menos que éste sea un placer.

Por eso ayer prepare una versión light del mítico helado de fresa de la tía Miru. ¡Y sabe igual de rico! A saber:

• un paquetito de fresas (unos 500 gr.)
• el zumo de una naranja
• tres cucharaditas de edulcorante, a poder ser granulado, que está más rico.

Se mezcla todo bien en la batidora. Se vierte sobre un recipiente apto para el congelador. ¡Y listo!

Ayer lo tomé líquido, pero hoy toca probar ¡el primer helado de la temporada!

Esta cocina es un infierno... ¡y tanto!

Que la gastronomía esté de moda es una cosa, pero que nos acribillen sin piedad con cocineros por la mañana, por la tarde y por la noche es ya demasiado. Y si no, que se lo digan a Cuatro, que últimamente parece una mala copia del fantástico Canal Cocina. El caso es que no se puede negar que los que nos gusta más comer que al tonto un lápiz estamos de enhorabuena últimamente: cada vez hay más restaurantes (variaditos, de todo tipo de precio), vas al super y encuentras mayor diversidad de productos, y además, aprendes un montón de cosas en la tele, las revistas, los periódicos, Internet...

Además, ahora la cocina es cultura. He leído por ahí que un chef ha propuesto recientemente que las recetas tengan copyright porque se trata de un ejercicio creativo. Imaginaos si prospera: ¡nuestras madres y abuelas nos sacarían de pobres! Y es que, a veces, con esto de la cocina da la sensación de que a todos se nos va la olla. Nosotros superafavor de este nuevo concepto de cocina cultural: no estaría de más que nos subvencionaran a los ciudadanos que no nos lo podemos pagar una visitilla a El Bulli o Arzak, para culturizarnos de vez en cuando.

En fin, si algo tiene de bueno el boom gastronómico es que se está consiguiendo una especie de democratización de la gastronomía (más allá del negocio, que es lo que más interesa, como siempre). Pero para conseguirlo, ¿era necesario llegar al extremo de hacer un reality con cocineros? Por lo poco he visto, no, no era necesario.

En Esta cocina es un infierno está claro que lo que menos importa es cocinar. Lo que importa es el reality, donde infames personajes (y sin gracia) como Bárbara Rey, Bienvenida Pérez, Ernesto Neira o Leticia Sabater (lo siento, no conozco al resto) se pelean, lloran, se quieren, se odian... vamos, nada que ver con los fogones. La pregunta es: ¿por qué se prestan a este despropósito chefs tan prestigiosos como Sergi Arola o Mario Sandoval? Parece que las aspiraciones mediáticas (y económicas) de ambos cocineros no tienen límite.

En muchos foros gastronómicos les ponen a caer de un burro, especialmente Arola, que no sólo está hasta en la sopa, sino que ejerce de divo allá por donde va (sí, también en el programa). Por no hablar de su blog en elmundo.es, donde queda a la altura del betún en comparación con las interesantes aportaciones que hace Abraham García. Arola va de moderno de la vida y no hace más que hablar de REM, Red Hot Chili Peppers y el Creep de Radiohead. ¡Pero qué joven y moderno es el tío! Mucho más campechano me parece Sandoval, tanto en el programa como en el blog de cocina de elmundo.es, aunque tampoco se pierde una para estar en el candelabro.

Y es que está genial que los chefs salgan de las cocinas y se les reconozca su increíble labor... pero, ¿no os parece que algunos se pasan de castaño oscuro? Por cierto, en esta misma línea, os recomiendo que no os perdáis la entrada del Gastrónomo Furioso sobre Madrid Fusión (evento al que no pude acudir gracias a la asquerosa organización de la no menos asquerosa Miren Cerrato). El caso es que en una conferencia... ¡Martín Berasategui escribió ravioli con b! Si este tío será un genio cocinando, yo no digo que no, ¡pero que no escriba, que deje eso para los que saben escribir!

Por cierto, que no se me olvida, en mi próxima entrada, prometo hablar de más bares míticos.

Bares míticos (primera parte)

En respuesta a la petición de Arturo Cuchara, hago mi lista de bares castizos. Cuando podáis, Mario y Pedrito, haced la vuestra...

• El Chamizo (San Vicente Ferrer). Ambiente de parroquianos, rockeros y algún jovenzuelo despistado. Siempre ponen tapa, normalmente por este orden: alitas de pollo, chapiñones, torreznos. Camareros muy majos. Es para estar en la barra, pero tiene un salón al fondo.

• El Pico (Calle Ruiz). Regentado por dos hermanos la mar de majos (que ahora han abierto en frente un restaurante más fino). Suelen poner de tapa paella (de un extraño color verde) o pinchos sobre pan. Tiene mucha variedad de raciones para pedir, aún así, nosotros siempre nos vamos a por los clásicos: las bravas dos salsas, los chopitos, el revuelto de morcilla y alguna vez el lacón o la oreja. Solemos acabar la cena empezando con los copazos.

• El Cabreira (Calle Ruiz). Ha perdido gran parte de su encanto tras la remodelación. De todas formas, su terraza en verano sigue siendo un gustazo. Las patatas cabreira, con ajillo y un punto avinagrado están simplemente deliciosas.

• Compañeiro (San Vicente Ferrer). También conocido como El de la gallega. Gallega y borde, para más señas. El bar no tiene nada especial, pero llevamos años visitándolo y le tenemos cariño de pura costumbre. Tiene unas mesas que se agradecen, es verdad. Precios normales (está frente al Nasti: gana mucho en calidad/precio de la copa, aunque sólo sea por la comparación). También tiene un gracioso loro de tropecientosmil años que el pobre se ha tragado todos los Noche de Fiesta habidos y por haber (unos cuantos con nosotros). Y comida, aunque nunca la catamos. No es muy allá, pero al menos hay tosta de queso de tetilla pa matar el gusanillo (por supuesto, no ponen tapa).

¡Dios, esto parece un monográfico malasaña!

• El Mozárabe (San Bernardino) también nos gusta mucho, entre otras cosas porque durante un tiempo lo regentó nuestra amiga Alicia. Lo mejor, la tapa de ensalada. ¡Está riquísima!

• La Casa de Jiang (Hortaleza), que no sé si sigue abierto, la verdad. Un chino, chino, pero que, antes de entrar al salón tiene una barra típicamente española donde tomarse unas cañas. Y claro, si quieres pedirte algo de comer, pues es de chino. Lo mejor, los minirollitos. ¡Maridan que no veas con el tercio!

• La Taberna del Norte. A pesar de Mr. Grieves y sus incansables ganas de quedar allí, nos sigue gustando. Ya no está en la Calle Norte, sino en Bernardo López García, junto a Amaniel. Para pedir raciones. A saber: gulas al ajillo (sin duda, lo mejor de toda la carta), huevos rotos, san jacobos (sí, hay gente capaz de pedir san jacobos en un bar!)... Aunque el nuevo es más grande, sigue quedándose un poco chiquitajo.

• Capote (Santa Teresa). Un nuevo descubrimiento. Tiene pinta de modennisimo: blanco y naranjas y decoración mínimal. Sin embargo, su aspecto engaña porque tiene unos camareros que son unos soles (en especial, él). Tienen tostas y varias cosas para picar. La tapa suele ser unas patatas.

Bueno, por hoy creo que es suficiente. Poco a poco iremos añadiendo más.

Telechino, ¿dígame?

Ayer nos dimos un pedazo banquete de cena (eso sí que tiene que ser super pecado, comer mucho Y POR LA NOCHE!).
Llamamos al chino, pero en vez de pedir menu-pala-dos-pelsonas, pedimos cosas sueltas. A saber:

• Ku-bak tres delicias. Sí! lo mandan!! el arroz por una parte y la mezcla por otro!! esta deliciooooso! Definitivamente, el plato estrella de la noche.
• Chipirones en bandeja quemada. Ricos aunque mejorales, todo sea dicho.
• Ternera con berenjenas. También riquísima, el sabor suave de las berenjenas queda fenomenal. Apunte para super gochos: probad a mojar el pan chino (sí, ese que sabe a churros) en la salsa. Espectacular.
• Verduras salteadas. Bien, sin más.
• Ensalada china. No puede faltar.

¡Todo un acierto! Claro que el empacho fue considerable...

Por cierto, lo único que faltó en la cena especial fueron unas galletas de la suerte. ¿Por qué los chinos en aquí no las tienen? ¿Alguien sabe dónde las hay?

Mario se curra unos post super-científicos y yo sólo sé hablar de chorradas... pobriño...

Los beneficios de comer menos

A muchos les puede parecer un disparate que no comer o comer poco tenga algún tipo de ventaja para nuestra salud, salvo la de hacernos perder peso. Aunque parezca paradójico, reducir la ingesta de calorías diarias es altamente saludable para el ser humano. Lo que podría parecer un gran sufrimiento psicológico, es en realidad una fantástica terapia rejuvenecedora.

No lo digo yo, lo dice un estudio de la Universidad de Washington y del Instituto Superior de Sanidad de Roma que he leído en El País. En realidad, las conclusiones que obtiene no dejan de tener sentido ya que, tradicionalmente, el ayuno o el semiayuno han sido considerados por la mayoría de las religiones como buenos método para purificar el organismo y fomentar la capacidad intelectual y espiritual. Incluso cuando estamos enfermos, el cuerpo suele rechazar la comida como parte de la terapia sanadora.

Aparte de la mitología religiosa, el ayuno tiene una base científica y es que la reducción de ingesta de alimentos ayuda a los órganos a descansar y a deshacerse de las toxinas que se van acumulando. Esto no significa ni que el ayuno sea la panacea de nada ni que sea beneficioso para todo el mundo, sin embago sí que tiene muchos adeptos que recomiendan ayunos o ayunos ligeros dos veces al año.

Hace poco pasé una gastroenteritis chunga por intoxicación de ostras (ejem!) y era curioso ver cómo algunas personas me dijeron "uy, qué bien te veo". Yo decía, sorprendido: "pues he estado malo". En este caso el refrán "no hay mal que por bien no venga" viene que ni pintado. La depuración y desintoxicación del organismo es tan intensa que hasta la piel y el pelo te brillan.
Pero vayamos al estudio. Luigi Fontana, el que dirige el cotarro, concluye que la dieta hipocalórica no sólo permite atajar los kilos de más, sino que también es fantástica para el corazón y el rejuvenecimiento el organismo. Comer menos calorías y comer mejor (dando prioridad a los productos frescos en detrimento de los procesados) son las claves para conseguir un organismo más saludable. Tampoco es que el tipo haya inventado la fórmula de la cocacola, pero demostró que las personas que se sometieron a su dieta hipocalórica (rica en verdura, fruta, legumbre, cereal, pescado y aceite de oliva) consiguieron que su corazón funcionase como si tuviese 15 años menos.

En definitiva, de nuevo la fantástica dieta mediterránea. Otro reciente estudio señala la cada vez mayor asimilación de patrones alimenticios americanos en nuestro país. Después de dos años de estudio dietético a más de 7.000 españoles, casi la mitad de ellos acabaron engordando, la mayoría gracias a los excesos en el consumo de carnes rojas y bebidas con azúcar.

Que sí, que es lo de siempre, que hay que comer mejor (a ver si yo mismo me aplico el cuento). Pero, bueno, no viene mal recordarlo de vez en cuando. Eso sí, lo del ayuno no hay que tomárselo demasiado en serio, ¿eh? Y si realmente estamos interesados, lo mejor es consultar al médico.

Feliz Operación Bikini!!!

The Emancipation of Mon and Mabel (II)

Más recetillas para novatos:

Arroz con queso / Arroz Bella Elena
Cocemos el arroz en agua con sal (y un poco de aceite, queda más suelto), no demasiado tiempo para que no se quede argamasa. Lo refrescamos en el colador con el agua del grifo. Mientras cortamos el queso en cuadraditos. El bola es tontito pero queda bien rico. Echamos una pizca de aceite en una cacerola y añadimos el arroz, el queso y un poquitín de sal... ¡Y a que se mezcle un rato! Cuando el queso esté un poco fundido, ya lo tenemos listo. Una chorrada de receta pero muy buena.
La variante Bella Elena (mi mamá) lleva también trocitos de york y tortilla (¡y lo que queramos echarle!). Vamos, como el 3 delicias pero sin freir el arroz!

Salmón a la plancha
Hay que pedir que te lo corten gordito, como dos dedos de alto. Poner una pizca de mantequilla en la sartén. También podemos sustituirla por un poquito de aceite, si -por nuestra dieta- nos da mucho yu-yu usar mantequilla. Por cierto, que el salmón tiene muy mala fama, pero a mí no me lo han prohibido en el régimen. Y a la sartén, lo justo para que quede churruscadito por fuera y no crudo pero sí blandito por dentro (hay que practicar). Le añadimos sal gorda, que siempre queda más rica. ¡Y listo!


Y una recomendación: en cuanto ahorréis un poco, invertid en una plancha Princess. Puedes hacer de todo sin nada de grasa (¡no se pega nada!), muy rico y sin olores extraños. Además es súper fácil de limpiar: ¡basta pasarle un papel de cocina humedecido!

The Emancipation of Mon and Mabel

Mis queridos Món y Mabel se independizan. Y claro, éste es un buen momento (por fuerza) para empezar a familiarizarse con la cocina. El otro día Mabel pedía aquí a gritos algunas recetillas para comer bien, equilibrado y sin complicarse mucho. Pues aquí van dos muy sencillitas:

Ensalada de pollo para vagos

1 bolsa de ensalada Florette (recomiendo la de escarola, canónigos y radiccio),
1 filete de pechuga de pollo,
1 tomate,
maíz,
queso poco curado graso o Burgos,
mayonesa,
ketchup.

Haz el filete de pechuga a la plancha, sin sal, y deja que se enfríe. Lava y corta los tomates en dados y mézclalos en un bol con el contenido de la bolsa de Florette (también se puede hacer sólo con lechuga, pero así te queda más soso). Añade el maíz, el pollo en dados y unos cubitos de queso graso, o mejor de Burgos, si estás a dieta. Mezcla un poco de mayonesa light con ketchup para hacer la salsa rosa y revuélvelo todo. Si lo dejas un tiempecito macerando está más rica, porque la pulpa del tomate se mezcla por toda la ensalada. Por cierto, si pasas de salsorras, también puedes aliñarla con aceite de oliva y vinagre de módena.

Tomates rellenos apañaos

1 kilo de tomates no muy maduros,
un poco de margarina,
2 ó 3 latas de atún en escabeche,
queso Philadelphia,
un poco de salmón ahumado,
anchoas.

Lo bueno de esta receta es que te la puedes inventar cada vez, por eso son tan apañaos los tomates rellenos. Pero bueno, ésta es muy rica. Corta el tomate por la parte superior y vacía su contenido. Guárdate el sombrerito para decorar. Mezcla la pulpa con la margarina y el queso hasta hacer una pasta, a la que después incorporaremos el atún desmigado, y el salmón y las anchoas troceaditas. Salpimentamos el interior de los tomates y los rellenamos con la pasta. Pones el sombrerito y... ¡listo! Si estamos en plan pobre, podemos sustituir el salmón y las anchoas por maíz dulce y palitos de cangrejo. O incluso hacer una pasta con cebollita picada, huevo cocido, atún, guisantes y mayonesa. Lo bueno es que puedes echarle lo que tengas a mano en el frigo.

Pues nada, suerte, chicos, en vuestra nueva vida de emancipados!!! Y os prometemos más recetitas para que os alimentéis como es debido.