martes, marzo 28, 2006

Lo que deberíamos probar antes de morir


Me entero a través de Directo al paladar que la BBC (en su sección Lifestyle) ha publicado un listado de cosas de comer que deberiamos probar antes de morir. Es un listado muy tontito (entre otras cosas porque surge de una votación popular) pero nos puede dar ideas para cuando estemos poco inspirados...

El listado tiene de todo, desde comida sin especificar ("comida tailandesa", ¡así, en general!) a platos concretos, como nuestra famosa "paella" (en el puesto 35). ¿Qué le podríamos añadir? Por lo pronto a mí me falta el foie y en general muchos platos a base de aves, arroz y vegetales. Y, claro, sobra mucha comida del área de la Commonwealth... que no se caracteriza precisamente por su gastronomía..!







50 cosas que comer, según la BBC

1. Pescado fresco
2. Langosta
3. Filete
4. Comida tailandesa
5. Comida china
6. Helado
7. Pizza
8. Cangrejo
9. Curry
10. Gambas
11. Insectos de la bahía de Moretón (un crustáceo australiano)
12. Almejas
13. Barbacoas
14. Crepes
15. Pasta
16. Mejillones
17. Tarta de queso
18. Cordero
19. Té con crema
20. Cocodrilo

21. Ostras
22. Cangrejo
23. Chocolate
24. Sandwiches
25. Comida griega
26. Hamburguesa
27. Comida mejicana
28. Calamar
29. Desayuno del típico bar americano (tostas con sirope, gofres, bacon, salchichas... + café sin fin)
30. Salmón
31. Carne de venado
32. Conejillo de Indias
33. Tiburón
34. Sushi
35. Paella

36. Barramundi (Lates calcarifer, un pescado)
37. Reno
38. Kebab
39. Vieiras
40. Empanada de carne australiana
41. Mango
42. Fruta del duriano (una fruta asiática)
43. Pulpo
44. Costillas
45. Roast beef
46. Tapas
47. Pollo a la jamaicana (con especies y a la barbacoa)
48. Haggis (plato típico escocés)
50. Caviar
50. Pastel de Cornualles

Pimentón


El pimentón es una de mis especias favoritas... Es en realidad el polvo del pimiento rojo (Capsicum Annuum), desecado y molido. En otros países se denomina Paprika, como en Hungría, donde se usa mucho y de donde es originario el Gulash (un guiso pastoril de carne, cebolla y patatas).

Existen tres tipos de pimentón: el dulce, el agridulce y el picante, aunque normalmente el que más usamos es el dulce. La variedad de pimentón más conocida de España es la de Jaraíz de la Vera (pimentón de la Vera) que cuenta además con denominación de origen.

El pimentón se emplea para la elaboración de muchos platos de nuestra gastronomía (el pulpo a feira, las patatas a la riojana, los pescados a la marinera...) pero también para hacer el chorizo, la sobrasada o el lomo embuchado. Aquí tenéis varios ejemplos. Y aquí otros más.

Os dejo un aperitivo facilísimo de hacer y super rico:

• Aceitunas negras
• Cebolla
• Pimentón (lo suyo es hacerlo con dulce, aunque mí me parece más rico -por fuerte- con picante)
• Aceite de oliva

Echamos en un cuenco con aceite de oliva las aceitunas y la cebolla (lo de picarla o no va según el gusto, aunque mola lo de encontrarse tiras largas de cebolla). Espolvoreamos generosamente el pimentón y lo dejamos reposar bastante tiempo (a temperatura ambiente o el la nevera, según nos guste). En principio vale con un par de horitas... pero cuando el mejunje lleva echo unos días está mucho más rico! También podemos añadirle otras especias (como un poquito de pimienta u orégano).
¡Marida que no veas con una cervecita bien fría!

viernes, marzo 24, 2006

Una de chinos

Esta noche quedamos en un nuevo chino-bar recién descubierto: el de la calle San Vicente Ferrer, al ladito de El Naranja. Nos gustan tanto los chinos, y los orientales en general, porque siempre nos pasan cosas graciosísimas en ellos. Ir a comer/beber es siempre mucho más divertido si se hace en un chino! Por eso, os dejo mi selección de los mejores chinos de Marid:

El de San Vicente Ferrer era el único bar abierto el domingo a las 5 de la tarde en todo Conde Duque. La cerveza es Heineken de barril y ponen de tapa chip de gambas, o sea que fenomenal. El único problema fue que tuvimos que despertar (un par de veces) al dueño para que nos pusiera las cañas. O eso, o molestar al otro chino que jugaba al solitario en el ordenador de la caja. El restaurante, ni lo catamos. ¿Total, para qué?

• El ya mítico chino karaoke de la calle Reyes. Era el mejor. Ya no tiene karaoke pero, a cambio, han puesto un pequeño "colmado" de productos de gusto oriental, ¡incluyendo anguilas! Pues bien, este karaoke tenía una extensísima carta de peticiones musicales, todas ellas llenas de erratas de lo más graciosas: María bomita, Un canino hacia el sur, o los grandes éxitos de Modonna.

El del subterráneo de Plaza de España. Dicen los entendidos que, a pesar de su pinta hiper cutre, es el chino más chino de todo Madrid. Tenemos que volver.

La casa de Jiang que, confirmado, sigue abierta. Está guai porque es un bar bar, de lo más castizo, pero te puedes pedir pa acompañar la caña unos rollitos vietnamitas la mar de apañados. Eso sí, da un poco de malrrollo la cortísima edad de la "camarera". No debe pasar de los 6, la pobre.

El de Manuela Malasaña. Hicieron un lavado de cara hace ya un par de añitos: cambiaron la típica puerta roja flanqueada por columnas y dragones por un rollo mucho más minimal (aunque todavía perviven elementos kitch como la fuentecilla de la entrada). O sea, que antes era "chino" y ahora es "oriental". Esta guai porque es muy espacioso. Tienen un menú degustación muy majo y algunos platos especialmente ricos, como la ternera con jengibre. Somos súper fans del jengibre, ¡en todo!

El Furama, que juega en otra liga porque es mucho más pintón. El maitre es majísimo y nos encanta lo de que haya que acceder en ascensor. ¡Somos así de simples!

El chino del Bronx. Buffet libre en este chino de Móstoles: desde tallarines y fritos a sushi. Los platos calientes te los preparan en un santiamén delante de tus narices... coges lo que quieres, se lo das al tío, 30 segundos al wok y listo! Y a repetir, claro.

viernes, marzo 17, 2006

Bares míticos (tercera parte)

Como Meri ya ha incluido los más visitados, a mí sólo me queda por poner otros que me parecen entrañables (lo que, obviamente, no significa que sean los mejores). No estaría de más reflexionar por qué vamos tanto a ciertos bares si no nos acaban de convencer...

La Divina (Divino Pastor). Que nadie nos pregunte por qué vamos aquí. ¿Por la tapa de macarrones? ¿Por el ambiente selecto? ¿Por los vídeos del 40 Latino? En realidad su punto fuerte es que es un buen lugar de encuentro (al ladito de todos los garitos de Malasaña). Suele haber sitio, los camareros son majos (¡especialmente el sexy de la perilla!) y siempre hay cosas para comer, aunque se hayan subido a la parra con los precios últimamente. Además, si esperas un ratito, te sientas al fondo, haces corrillo de la campos y te ponen más tapitas. De la comida, lo mejor son las tostas.

El Tántalo (San Bernardo). Acabamos de recuperarlo. Cañita con tapa, raciones muy ricas y hamburguesas para los más osados. No es que sean muy majos, pero está todo muy bueno y no es caro. Por cierto, la banda sonora ochentera es otro de sus alicientes. Ayer tocaron temazos de La Unión en versión bakala.

Peñasco Rodilla (Fuencarral). A éste he ido sólo dos veces y no es un bar torero técnicamente, pero me parece fascinante. Es igualito que el Rodilla de franquicia (el color verde, el logo con forma de R, el nombre), pero luego entras y es como el típico sitio de sándwiches de toda la vida, que pides un mixto y no te dan una mierda prefabricada que sabe a queso Philadelphia (como en el Rodilla que todos conocemos), sino que te ponen un pan grasiento de mantequilla con su quesito fundidito, todo en una plancha cutre que da gusto. Tienen todo lo del Rodilla (o casi todo), pero sin estar prefabricado. Espeluznantes son el escaparate y el mostrador: hay muestras disecadas (literal) de paellas y cruasanes que ponen los pelos de punta. Lo mejor es que no escatiman en mayonesa.

Además, tenemos barecillos muy majos por la zona de Conde Duque. En verano, la zona de la calle del Limón es fantástica para tomarte una caña al aire libre. Solemos ir a La Casta, porque siempre hay sitio, pero da igual donde te metas: la tapa es siempre patatas fritas o aceitunas. Y ni tan mal. Un sitio de tostas muy entrañable se llama La Caracola, que está más abajo, no recuerdo si en La Palma o donde. ¡Qué ricas las tostas de brie y queso de cabra! Lo malo: que hace mucho calor. Y también muy mítico es El Maño, que es un poco caro y siempre está lleno, pero tiene un punto muy agradable sobre todo en veranito.

Hay otros bares que me encantan a los que, por unas cosas o por otras, he dejado de ir: el Tera, un lugar entrañable por Moncloa donde me iba con Meri y Pedro a tomar cañas antes de ir a clase (cuando estudiábamos, ¿os acordáis?); el Tigre, en la calle Infantas, que no mola nada desde que lo han reformado y lo han cambiado de sitio; el Conejo, frente a la sala Cool, que siempre nos ha parecido supergracioso y todavía no sé por qué; y un bar muy cerca del teatro de La Latina, el Retrobar, que tienen las mejores tortillitas de camarones del mundo y que sólo tienen vinos madrileños... Este último lo recuperé hace nada para celebrar el cumple de Caty.

Aprovechen el puente para ir de bares. Nosotros lo haremos.

miércoles, marzo 15, 2006

El infierno son los demás

Pues se acabó lo que se daba. Telecinco cierra Esta cocina es un infierno con un estrepitoso fracaso de audiencia y un buen número críticas, la mayoría de ellas provenientes del exquisito mundo de la gastronomía. Auténticos ríos de tinta se han vertido en las últimas semanas contra Mario Sandoval y Sergi Arola, especialmente duras para el cocinero catalán. Compañeros de profesión, periodistas y gourmets se han cebado bien con ellos (yo un poco también), acusándoles de peseteros y de degradar el arte de la alta cocina con el fin de montar otro Gran Hermano de famosos, esta vez camuflado entre ollas y sartenes.

Sandoval, ajeno a las críticas, se ha mostrado en todo momento afable y contento con su participación en el reality. Sin embargo, Arola ha tenido que reaccionar porque le han puesto a caldo por un lado y por otro, algunas veces no sin falta de razón. Primero se defendió, en una supuesta intervención en el foro de Lo Mejor de la Gastronomía, argumentando motivos económicos (chorradas tales como que el programa le "permitirá pagar un pellizco de mi hipoteca"... ¿cuál? ¿la de su chalé en La Moraleja? ¡Pobrecito!) y otros, no menos sospechosos, en torno a la necesaria divulgación de la cocina: "por vez primera en la historia de la TV en España, un programa relacionado con la cocina se asoma en horario de máxima audiencia". Vamos, que Arola tenía la sana intención de acercar el mundo de gastronomía al pueblo llano. ¡Menos mal que estaba él para hacerlo posible! No sé qué pensará Arguiñano de todo esto...

Primero se defendió, pero luego se arrepintió y se quiso desmarcar de la basura. En declaraciones mucho más oficiales, el chef de La Broche ha dicho que no se le va a ver por la tele en muchos años. Le echaremos de menos. El problema, según él, es que "en este programa nadie quiere ser cocinero" y ha recordado que para estar donde están muchos de los cocineros actualmente "hay que luchar". Vamos, que el infierno son los demás, y no la cocina en la que voluntariamente se quiso meter.

Uno lee esto y piensa: una de dos, o Arola peca de ingenuo o nos toma por tontos, porque, vamos a ver: ¿acaso Bienvenida Pérez, Bárbara Rey o Ernesto Neyra han demostrado en su vida de famosos alguna inquietud por algo que no sea el dinero rápido de la prensa del corazón y de echarle morro a la vida? Me temo que en este caso Sergi Arola tiene más en común con ellos de lo que él se cree.

El caso es que el programa se termina y todos contentos de que el bodrio salga de la parrilla televisiva. Un auténtico drama sería que retirasen el espacio que conduce José Andrés en la Primera. Qué majo es el tío, qué bien explica todo y qué chulos son los platos que prepara. Genio y figura hasta la sepultura. Ayer hice un brownie siguiendo su receta, aunque no me salió muy bien. No fue culpa suya, fue de mi horno, que no es de los megatrónicos que saca él en Vamos a cocinar, es un poco más plestocénico. En fin, prometo volver a intentarlo y ofreceros pruebas gráficas.

lunes, marzo 13, 2006

Barcelona, ciudad para zampar

Como muchos de vosotros ya sabéis, la semana pasada estuve en Barcelona por Alimentaria 2006, la feria de alimentación más importante que hay en España, y segunda del mundo, seguida de una que hacen en Alemania. La experiencia que supone estar presente en un evento así de gigante se resume en una sola palabra: cansancio. Y es que cubrir este monstruo en dos días no sólo es imposible, también pelín frustrante porque te pierdes muchas cosas.

A pesar de ello, tuve el placer casi místico de disfrutar de las clases magistrales de Ferran Adrià y Charlie Trotter en el espacio BCN Vanguardia, degustar todo tipo de productos (cacahuetes picantes, granizado de capuccino, baklava árabe, empanadillas de carne argentina) y pasearme por los miles de stands que se reparten entre los recintos de Gran Vía y Montjuic. También me dio tiempo a perderme por una luminosa, y también lluviosa, Barcelona, una ciudad que me gusta cada vez más, a pesar de que es un completo desastre de infraestructuras y comunicaciones (¡y luego dicen de las obras de Madrid! ¡vayan a Barcelona, vayan!).

Una vez allí, no pude dejar pasar la oportunidad de darme un paseo por la Boquería, que tiene la fama de ser el mayor y mejor mercado de Europa. Claro, con estas expectativas, uno se espera muchísimo. Y afortunadamente no fue así: se trata de solamente de un mercado, ni más ni menos. Con la diferencia del género que encuentras: de una variedad enorme, muy fresco, casi exuberante. Además, yo nunca había visto un mercado con un puesto exclusivamente dedicado a los plátanos, por ejemplo, u otro donde sólo hay bacalao, o los que sólo tienen fruta seca o frutas escarchadas.

El caso es que, a pesar de que fui a eso de las cinco de la tarde y había muchos puestos aún cerrados, disfruté de la famosísima Boquería en todo su esplendor, gracias a las delicias que había expuestas, al típico gentío de los mercados, a las alegres dependientas (la mayoría, por cierto, de origen sudamericano) y al solecito que se filtraba por las entradas. Para mí los puestos más interesantes eran los de frutas y verduras, donde te podías encontrar con una variedad increíble: desde frutas exóticas alucinantes hasta zumos frescos pasando por todo tipo de hortalizas, incluyendo los típicos calçots, que ahora están de temporada. En las marisquerías pude ver estupendas navajas, erizos y cañaillas... Incluso todo tipo de chocolates y dulces en puestos de bombonería a granel. Vamos, que no paré de babear... Y lo peor es que iba cargado como una mula y no tenía demasiado tiempo, así que no pude comprar nada. Desde luego, una visita ineludible si vas a Barcelona. Topicazo al canto, pero también gran verdad: un auténtico placer para los sentidos.

Respecto al apartado restaurantes, Valentín eligió para el sábado noche un local muy agradable y acogedor, Silenus, muy cerca del Macba. Aunque es un poquito caro y la carta no es muy amplia, todo está bueno, buenísimo. Para empezar compartimos un pulpo con puré de patata delicioso (aunque decepcionante en cuanto a cantidad) y, como segundo, mi compi se fue a por el foie y yo elegí un atún rojo marcado con una compota de frutas que quitaba el sentido. De postre, la tarta de chocolate no me sedujo mucho, pero sí el tatín de peras que eligió mi acompañante, que estaba de rechupete. La gracieta de la noche fue el maridaje: ¡incluso tomamos oporto con el postre! ¡Sí, sí, muy de viejas!

Y para cenar el lunes, Rodri seleccionó 99,9% Orígens, un restaurante muy chiquitito que está en la zona del Borne. El sitio es pequeñito, pero acogedor, y le acompaña una tienda delicatessen con todo tipo de productos de la tierra. A mí el xató me vuelve loco (supongo que lo sabéis, pero por si aca, es una ensalada con escarola, aceitunas, anchoas y bacalao con un aliño super rico de tomate, pimiento, ñora, frutos secos, pimentón, aceite y vinagre), así que fue el plato que más disfruté, junto con la coca de balacao, pero también hubo trinxat (que es repollo y patata cocidito, y rehogado con ajo y panceta), guiso de jabalí, calamares rellenos... Lo mejor de este sitio es el precio: te pones hasta el culo por poco dinero. Las raciones son pequeñas, pero, aún así, pidiendo un montón de comida y vino, te sale a menos de 20 euros por barba. Lo peor el servicio, que pasan un poco de ti, y la música, que tienen una variedad de cinco canciones seudo lounge moderniqui, que repiten hasta la extenuación. ¡Menos mal que la charlita y la comida nos impidieron darnos mucha cuenta de este detalle!

martes, marzo 07, 2006

Pechugas rebozadas

Leo en Me pillas en la cocina (sus autores, que se identifiquen!) una interesante -y bizarra- receta de Pechugas de Pollo con Coca Cola. Ésta incluye sopa de cebolla de sobre, lo que me ha recordado una receta de la experimentadísima tía Asun:

• Pechugas de pollo
• 1 sobre de sopa de cebolla en polvo (Maggi, Knorr...)
• sal
• pan rallado
• huevo

No tiene mucho misterio, se trata de rebozar las pechugas en una mezcla de mitad pan rallado mitad la sopa de sobre. Estos polvos saben a cebolla, pero concentradísima, por eso es recomendable hacer un fifty-fifty con el pan rallado. También podemos añadirle, a la mezcla, perejil picado.

Y nada, facilísimo de hacer: salamos, empapamos las pechugas en el huevo batido, las embadurnamos con el pan con polvos de sopa y las freímos con el fuego fuertecito. Yo no soy muy fan de los fritos, por la grasa que tienen, pero la verdad es que el pollo a veces es un poco soseras y con este truqui queda super sabroso!!