viernes, marzo 17, 2006

Bares míticos (tercera parte)

Como Meri ya ha incluido los más visitados, a mí sólo me queda por poner otros que me parecen entrañables (lo que, obviamente, no significa que sean los mejores). No estaría de más reflexionar por qué vamos tanto a ciertos bares si no nos acaban de convencer...

La Divina (Divino Pastor). Que nadie nos pregunte por qué vamos aquí. ¿Por la tapa de macarrones? ¿Por el ambiente selecto? ¿Por los vídeos del 40 Latino? En realidad su punto fuerte es que es un buen lugar de encuentro (al ladito de todos los garitos de Malasaña). Suele haber sitio, los camareros son majos (¡especialmente el sexy de la perilla!) y siempre hay cosas para comer, aunque se hayan subido a la parra con los precios últimamente. Además, si esperas un ratito, te sientas al fondo, haces corrillo de la campos y te ponen más tapitas. De la comida, lo mejor son las tostas.

El Tántalo (San Bernardo). Acabamos de recuperarlo. Cañita con tapa, raciones muy ricas y hamburguesas para los más osados. No es que sean muy majos, pero está todo muy bueno y no es caro. Por cierto, la banda sonora ochentera es otro de sus alicientes. Ayer tocaron temazos de La Unión en versión bakala.

Peñasco Rodilla (Fuencarral). A éste he ido sólo dos veces y no es un bar torero técnicamente, pero me parece fascinante. Es igualito que el Rodilla de franquicia (el color verde, el logo con forma de R, el nombre), pero luego entras y es como el típico sitio de sándwiches de toda la vida, que pides un mixto y no te dan una mierda prefabricada que sabe a queso Philadelphia (como en el Rodilla que todos conocemos), sino que te ponen un pan grasiento de mantequilla con su quesito fundidito, todo en una plancha cutre que da gusto. Tienen todo lo del Rodilla (o casi todo), pero sin estar prefabricado. Espeluznantes son el escaparate y el mostrador: hay muestras disecadas (literal) de paellas y cruasanes que ponen los pelos de punta. Lo mejor es que no escatiman en mayonesa.

Además, tenemos barecillos muy majos por la zona de Conde Duque. En verano, la zona de la calle del Limón es fantástica para tomarte una caña al aire libre. Solemos ir a La Casta, porque siempre hay sitio, pero da igual donde te metas: la tapa es siempre patatas fritas o aceitunas. Y ni tan mal. Un sitio de tostas muy entrañable se llama La Caracola, que está más abajo, no recuerdo si en La Palma o donde. ¡Qué ricas las tostas de brie y queso de cabra! Lo malo: que hace mucho calor. Y también muy mítico es El Maño, que es un poco caro y siempre está lleno, pero tiene un punto muy agradable sobre todo en veranito.

Hay otros bares que me encantan a los que, por unas cosas o por otras, he dejado de ir: el Tera, un lugar entrañable por Moncloa donde me iba con Meri y Pedro a tomar cañas antes de ir a clase (cuando estudiábamos, ¿os acordáis?); el Tigre, en la calle Infantas, que no mola nada desde que lo han reformado y lo han cambiado de sitio; el Conejo, frente a la sala Cool, que siempre nos ha parecido supergracioso y todavía no sé por qué; y un bar muy cerca del teatro de La Latina, el Retrobar, que tienen las mejores tortillitas de camarones del mundo y que sólo tienen vinos madrileños... Este último lo recuperé hace nada para celebrar el cumple de Caty.

Aprovechen el puente para ir de bares. Nosotros lo haremos.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo voy a aprovechar el puente para irme de boda, una boda que me ha fastidiado unas Fallas en Valencia!!pero bueno...Tomo nota de todos los sitios, cuando vaya a Madrid nada de un finde, una semana entera:)

1:29 p. m.  
Blogger tintaplana said...

Muy buena selección!

Bueno, respecto al Rodilla Peñasco tengo mis dudas: como vecina del barrio, lo he sufrido de pequeña y ejem! Además ya lo han cerrado! (¿cuestión de salubridad?). Aunque sí, es mucho mejor que el infierno de cadena. ¿Cómo se puede tener el morro de anunciar un sandwich de jamón y que luego te den una pasta irreconocible? En fin.

El Conejo es, para los q no se hayan dado cuenta, el bar de Beny. Le pusimos ese nombre a raíz de una estupenda ración que nos ofrecieron unos parroquianos (qué majos!). Su concepto de bar creo que es lo más acertado del mundo: tu te sacas las cervezas (de las neveras) y así mientras el dueño puede dedicarse exclusivamente a preparar las tapas: ¿¿cómo no se le ha ocurrido a nadie más??

2:55 p. m.  

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