Dieta metabólica
Si este blog se llama Se nos va la olla, es por algo. Y con las dietas pasa un poco eso, que se nos va la olla a todos, no sólo a los autores de esta bitácora dietético-gastronómica. Desde que la delgadez se convirtió en una obsesión en la mayoría de los países desarrollados, no han dejado de surgir sistemas para perder peso, algunos más fiables que otros. Por ejemplo, hace 40 años las americanas se volvían locas con el sistema Weight Watchers, y hace 20, con los regímenes disociados. Pronto se popularizarían el método de Montignac y el de Atkins, ambos muy controvertidos para los especialistas en nutrición. Incluso hemos oído hablar de la más que sospechosa dieta de los grupos sanguíneos.
La última adquisición a esta lista (que seguro que se me ha quedado cortísima) es la dieta metabólica, la respuesta que muchos y muchas estaban esperando para sus problemas de sobrepeso, ya que ofrece una justificación 'científica' (o pseudocientífica, que yo no sé si es para tanto) a aquellas personas que dicen cosas del tipo: "yo creo que a mí la lechuga me engorda". Y es cierto que hay gente que sigue todo tipo de sistemas para bajar de talla y no lo consigue, a pesar de morirse de hambre. Puede ser, por tanto, que para muchos sea un feliz descubrimiento.
La editorial RBA ha publicado recientemente 'La dieta metabólica', un trabajo de William Wolcott y Trish Fahey que asegura que las dietas no funcionan igual con todo el mundo porque cada persona tenemos un metabolismo diferente. Según ellos, el mismo alimento hace que unos se mantegan en su peso o adelgacen, y que otros engorden o incluso que sufran problemas de salud.
Yo, personalmente, no he podido echar un ojo al libro en cuestión, así que no sé cómo estará. En sus páginas, dicen, podremos encontrar algunos cuestionarios que nos indican cuál es nuestro tipo de metabolismo, la dieta que más se adapta a nuestras necesidades y los alimentos que más nos convienen. Y sólo cuesta 20 eurillos, que no está nada mal. Ahí queda eso: igual se pone de moda. De momento, no hay muchas entradas en Internet sobre este tema, aunque sí muchas páginas italianas que no sé traducir y algunas entradas relacionadas con el culturismo (?). Se agradecería información al respecto.
Pero vamos, que digo yo que, por muy diferentes que tengamos todos los metabolismos, un bollycao engorda y punto pelota.
¿Sí o sí?
La última adquisición a esta lista (que seguro que se me ha quedado cortísima) es la dieta metabólica, la respuesta que muchos y muchas estaban esperando para sus problemas de sobrepeso, ya que ofrece una justificación 'científica' (o pseudocientífica, que yo no sé si es para tanto) a aquellas personas que dicen cosas del tipo: "yo creo que a mí la lechuga me engorda". Y es cierto que hay gente que sigue todo tipo de sistemas para bajar de talla y no lo consigue, a pesar de morirse de hambre. Puede ser, por tanto, que para muchos sea un feliz descubrimiento.
La editorial RBA ha publicado recientemente 'La dieta metabólica', un trabajo de William Wolcott y Trish Fahey que asegura que las dietas no funcionan igual con todo el mundo porque cada persona tenemos un metabolismo diferente. Según ellos, el mismo alimento hace que unos se mantegan en su peso o adelgacen, y que otros engorden o incluso que sufran problemas de salud.
Yo, personalmente, no he podido echar un ojo al libro en cuestión, así que no sé cómo estará. En sus páginas, dicen, podremos encontrar algunos cuestionarios que nos indican cuál es nuestro tipo de metabolismo, la dieta que más se adapta a nuestras necesidades y los alimentos que más nos convienen. Y sólo cuesta 20 eurillos, que no está nada mal. Ahí queda eso: igual se pone de moda. De momento, no hay muchas entradas en Internet sobre este tema, aunque sí muchas páginas italianas que no sé traducir y algunas entradas relacionadas con el culturismo (?). Se agradecería información al respecto.
Pero vamos, que digo yo que, por muy diferentes que tengamos todos los metabolismos, un bollycao engorda y punto pelota.
¿Sí o sí?